Como fotógrafo

Todo esto empezó hace 37 años cuando, paseando con mi padre por Tokio, buscábamos un sitio donde comprar una Nikon F3 hp. Nos habían dicho que era una cámara formidable, que el precio en Japón era muy bueno y que era una buena oportunidad de comprar una cámara de última generación.

La verdad es que como muchas otras cosas en mi vida, las cosas han sucedido por que si, casi sin buscarlas, un poco por azar. Nosotros estábamos en Japón para la presentación de un nuevo modelo de coche y acabamos comprando un equipo Nikon completo, con lentes y flash incluidos. Equipo que, para ser franco, sigo guardando con cariño.

Lo de después ha sido ya algo mucho mas difícil de explicar. Han sido muchos años, muchos rollos de película, muchos negativos y muchas ganas de fotografiar cosas, de mostrar a través de la cámara todo aquello que yo veía  y que se situaba delante de la cámara, para intentar mostrar como lo veía yo.

Miles y miles de negativos tirados, miles de personas retratadas así como momentos, situaciones, acontecimientos, animales, guerras, acciones humanitarias, vamos, tantas y tantas circunstancias diferentes que me resulta difícil contarlo en unas líneas.

La oportunidad que desde pequeño me dieron mis padres de salir de viaje por todo el mundo es algo que creo que nunca podré agradecerles lo suficiente, la posibilidad de poder ver otros mundos, de poder ver y comparar, establecer nuevas escalas de valores, de ver sobre el terreno que pasa fuera de nuestro país, de abrir tu mente a otras realidades, de adquirir experiencias y sobretodo de estar allí de forma físicamente real. así como de poder fotografiarlo, aunque ahora tengo tantas fotos que ahora no tengo como archivarlas.

Ha sido un viaje de años a través de mi propia vida y de todo aquello que quería fotografiar, han sido muchos países visitados, muchas realidades observadas y una enorme evolución en los planteamientos, en la forma de mirar, en las intenciones detrás de una cámara y en la voluntad de mostrar aquello que siempre he considerado interesante que no ha sido otra cosa que las personas. Siempre me he considerado un fotógrafo de personas, de caras, de miradas, de expresiones y de sentimientos humanos.

Siempre me ha gustado, y ahora más que nunca, involucrarme con las personas a las que fotografiaba, jamás he robado una fotografía, si alguien no quería salir en ellas no debía de salir a ningún precio. Sin su complicidad, sin la confirmación tácita y real de querer salir en la foto, aunque esta solo se produjera por medio de una corta y sencilla conversación visual, no valía la pena hacer la foto.

En estos momentos, casi cuarenta años después, me encanta ver la evolución, los cambios en lo que hago ahora y en lo que hacia entonces.

Sobre mi trabajo

Siempre he querido que, de esas imágenes, el espectador consiguiera hacer una lectura lo más personal posible, mis fotos siempre han sido un punto de partida, una propuesta a cada persona para que se situara delante de ellas y que hiciera su propia interpretación.

En muchas de esas fotos, aparecen personas de diferentes países y de diferentes religiones y el espectador no lo sabe, desconoce la procedencia de las personas fotografiadas y cada espectador debe de imaginarse o intuir su procedencia, su religión o su condición social. Por eso la interpretación de cada espectador es tan personal como la propia imagen del autor y su voluntad al realizarla.

En 1963 Eduard T. Hall definió la prosémica como «las distancias medibles entre personas mientras interaccionan entre si, y de la percepción que hace el ser humano de su espacio físico y de su intimidad personal». Y eso es lo que pretendo, que cada espectador se sitúe delante de las fotos y haga su propia lectura, que defina sus distancias o proximidades con la foto. Esa es una de las razones por las que mis imágenes casi nunca tienen título.

Con proyectos como el mural de los retratos me gustaría conseguir que, la gente que en él aparece, tuviera un sentimiento de pertenencia a mi mundo y a mi realidad, de la misma forma, se produce ese sentimiento con los que no están en él. Con el proyecto de los retratos vestidos y desnudos lo que pretendo mostrar es que imagen quiere dar la gente de ellos mismo y cual es su pudor ante un retrato sin ropa, indefensos ante la cámara, sin defensas, sin nada que les proteja o les tape.

Sobre mi vida

De mi vida hay poco que contar por que para eso es mía.

Nací en Valencia en 1968 , aunque ahora vivo con mi mujer y  mis hijas en el Parque Natural de la Albufera de Valencia en Massanassa y, a parte de lo que se puede ver en esta página he estado trabajando tanto para mi como por cuenta ajena en varios sitios.

Me licencié en Historia en la Universidad de Valencia, Fotografía e Imagen en el C.E.U. San Pablo de Valencia y en el Derbyshire College of Higher Education dependiente de la Trent Polithechnic de Nottingham , y empresariales en la Escuela de Empresariales de Valencia, así como Master Ejecutivo en Gestión de Empresas por la Universidad Politécnica de Valencia.